En mitad de la ensenada de Noia, donde confluyen las desembocaduras de los ríos Tállara y Traba, y hasta donde dicha ensenada se une con la desembocadura del Río Tambre, existe un canal de navegación y acceso portuario inacabado y ruinoso formado por dos escolleras paralelas, denominado popularmente «la escollera de Noia». Estéticamente es una monstruosidad indigna que rompe el paisaje y el equilibrio marítimo terrestre de la ensenada, pero tiene su lado bueno, y es que, sobre todo en las pleamares, es refugio y posadero para miles de aves de distintas especies.
Los días de temporal, muchas aves usan la escollera para refugiarse en tierra firme y alejadas de los depredadores, pero en condiciones climáticas normales, en esas dos «islas lineales artificiales» pueden verse decenas de especies, y en ocasiones en concentraciones elevadas. En el video se puede ver Garceta común / garzota, Garza real, Espátula / cullereiro, Cormorán grande /corvo mariño grande, Gaviota reidora /gaivota chorona, Gaviota patiamarilla / gaivota patiamarela, Archiveve claro / bilurico pativerde, entre otros. Eso en un pequeño fragmento de la escollera de menos de 1.000 metros cuadrados y perfectamente visible desde la comodidad del paseo marítimo de Noia.