El Río Tállara o Lobo, tras su paso por Lousame desemboca, junto al Traba, en la Ensenada de Noia creando antes una marisma de 25 hectáreas dibujada de sinuosos y serpenteantes meandros.
Aunque maltratada, por distintas construcciones de dudosa legalidad, varias salidas de colectores de vertidos fecales y la existencia de un buen número de puntos de vertido de residuos sólidos, esta marisma representa un ecosistema rico en fauna y flora, donde un buen número de especies de aves encuentran su sitio para pasar el invierno e incluso criar.
En el siguiente vídeo se puede disfrutar de unas vistas aéreas inéditas de toda la marisma.