Cormorán grande o corvo mariño grande (Phalacrocorax carbo), para muchos un ave magnífica de nuestros humedales y zonas costeras, para otros, los ignorantes, un competidor de pesca, querido y admirado por muchos y odiado por esos pocos; podemos disfrutar de esta enorme ave en casi cualquier zona de la Ría de Noia, playas, puertos, ríos, acantilados e incluso vertederos.
En este caso, traemos uno de los cormoranes que forma la colonia mas interna y urbanita de la Ría de Noia, uno de los cormoranes que se asientan en el último tramo de la desembocadura del Río Traba, y de los que podemos disfrutar volando, zambulléndose y buceando en busca de presas sin salir de la comodidad de un paseo fluvial o incluso de la terraza de una cafetería.
Este pobre animal ha sido víctima de un arte de pesca abandonada, una rapala, que lleva clavada en una de sus patas. Evidentemente es un martirio que soportará hasta que el azar decida arrancársela o hasta que el animal muera, bien de una infección o bien atrapado en algún elemento de la ribera al funcionar la rapala como ancla.