Víbora de seoane melánica, nuestra particular joya azabache.

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El melanismo en ejemplares de víbora de seoane (Vipera seoanei) es frecuente en las zonas de montaña a ambos márgenes de la ría.

La víbora de seoane (Vipera seoanei), es, afortunadamente un reptil que se puede considerar «estable», que no abundante, en algunas zonas de la ría, especialmente en las zonas montañosas a ambos márgenes, pero también en zonas forestales intermedias e incluso localizable en los arenales costeros, pero además tenemos la suerte de poder disfrutar de una relativa anomalía en el patrón cromático de esta especie, que es el melanismo.

El melanismo es un carácter hereditario consistente en un exceso de pigmentación oscura en la piel, lo contrario al albinismo; algunos estudios dictaminan que en los reptiles que habitan zonas frías, el melanismo representa una ventaja evolutiva, puesto que los colores oscuros absorben con mayor intensidad la radiación solar y por lo tanto el animal melánico se calienta y activa antes, teniendo más posibilidades de alimentarse o incluso reproducirse. Eso explicaría la abundancia de individuos melánicos de Vipera seoanei en la Sierra de Barbanza y en particular en los alrededores de los Montes Iroite (Lousame, Porto do Son) y San Lois (Noia), donde el ratio de observaciones desde 2.005 es del doble de ejemplares melánicos que con pigmentación común, tanto en ejemplares vivos como muertos por diversas causas; toda una anomalía, si tenemos en cuenta que como norma general en la naturaleza el melanismo se presenta en menos de un 1% de individuos.

Víbora de Seoane (Vipera seoanei) melánica en el Monte Iroite
Víbora de Seoane (Vipera seoanei) melánica en el Monte Iroite
Víbora de Seoane (Vipera seoanei) melánica en el Monte Iroite
Víbora de Seoane (Vipera seoanei) melánica en el Monte Iroite

El ejemplar de este artículo fue rescatado de un aljibe, junto con otro ejemplar de pigmentación común que ya estaba ahogado, en la siguiente imagen, con los dos ejemplares, se aprecia la notable diferencia de coloración.

La caida en aljibes forestales sin salida y los atropellos es una causa frecuente de muerte provocada por el hombre en esta especie, pero un mal menor comparaoa con los incendios provocados por los ganaderos para convertir zonas forestales y brezales en pastos, y si a eso le añadimos la sustitución de bosques autóctonos por plantaciones de monocultivo de eucalipto donde esta especie apenas encuentra sustento, se le vaticina un futuro complicado.

Algunos videos de otros ejemplares de Vipera seoanei:

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