Donde menos se los espera uno aparecen las sorpresas, y la Ría de Noia es el lugar indicado para llevárselas, esta vez ha sido en Noia, en pleno paseo marítimo, zona de terrazas y cañas, a las 8 de la noche se posó sobre un plátano de sombra, lo que pareció de reojo ser una lechuza, pero resultó ser un búho chico, una especie desde luego nada común en la zona, al menos, desde mi ojo, la primera observación urbana, aguantó un par de horas en la misma percha, para después cambiar de árbol, tiempo mas que suficiente para “cazarlo” en video.
Desde luego las condiciones lumínicas no eran en absoluto las deseables para conseguir buenas imágenes de este espectacular animal, pero al menos conseguí el testimonio gráfico de que estuvo ahí.
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