Garceta común

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La mas común de nuestras garzas, fácil de ver en cualquier época del año y  en todas las zonas costeras e incluso fluviales

Garceta común, Garzota (Egretta garzetta).

Con diferencia la mas común de nuestras garzas, fácil de ver en cualquier época del año y  en todas las zonas costeras e incluso fluviales, a finales del invierno y principio de la primavera podemos disfrutar de auténticas invasiones de cientos de ellas; el mejor sitio para observarlas es el paseo marítimo con la bajamar, también en uno de sus posaderos habituales, unos eucaliptos cerca de la lonja de Testal, donde han llegado a congregarse mas de 300 individuos.

Descripción (SEO)

Clasificación

Orden Ciconiiformes; familia Ardeidae

Longitud

55-65 cm

Envergadura

88-106 cm



Identificación

Es una garza de mediano tamaño, de plumaje siempre blanco, con largas patas negras —a excepción de los dedos, que son amarillos— y pico largo, de color negro y en forma de daga. El individuo reproductor exhibe un par de plumas alargadas en la nuca, un grupo de plumas filamentosas y desflecadas en el pecho y el dorso y, principalmente en la época de cortejo, una pequeña área de piel desnuda situada delante del ojo, que adquiere una intensa tonalidad amarillenta (dibujo 1). Los ejemplares no reproductores carecen de los ornamentos anteriormente mencionados, y el fragmento de piel desnuda junto al ojo es, en su caso, de color gris azulado o verdoso. El joven, por su parte, es similar al no reproductor, pero con el pico algo parduzco. En vuelo es completamente blanca y adopta la característica silueta de las ardeidas, con el cuello recogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la corta cola (dibujo 2).

Canto

Silenciosa fuera de las colonias, en otras ocasiones (principalmente en vuelo) emite una especie de ladrido ronco y sordo: wuorj o juaooj.

Dónde vive

En el mundo

Se distribuye ampliamente, aunque de forma discontinua, por el sur de Europa, África, Asia oriental y meridional y Oceanía. Se han descrito varias subespecies.

En España

La especie cría en diversos humedales y arrozales levantinos y de la cuenca del Ebro, con poblaciones que alcanzan el Cantábrico (se distribuye por Murcia, Comunidad Valenciana, Baleares, Cataluña, Aragón, País Vasco y Cantabria), así como en diversos núcleos del oeste y suroeste peninsular (Andalucía occidental, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid). La invernada se detecta fundamentalmente en el cuadrante suroccidental de la Península y en las costas, mientras que se registra una presencia muy escasa en zonas húmedas y costas de la cornisa cantábrica. En nuestro territorio habita la subespecie garzetta, de distribución euroasiática y africana.

Desplazamientos

Es una especie residente en nuestro territorio, aunque son muy numerosos los ejemplares que emprenden desplazamientos —tanto de carácter dispersivo como migratorio— de diferente entidad. Así, es frecuente que un buen número de aves se 3 encaminen hacia el norte de la Península después de la reproducción o, incluso, que crucen el Estrecho para instalarse durante el invierno en África tropical. Este carácter viajero lleva a algunos ejemplares a cruzar el Atlántico para recalar en las costas americanas. La Península y Baleares constituyen, además de una importante zona de invernada, territorio de paso para numerosas garcetas europeas, especialmente aves francesas originarias de las nutridas colonias de La Camarga. Por el estrecho de Gibraltar se detecta el paso de ejemplares ya en el mes de julio, con un máximo en septiembre, aunque la mayoría de los efectivos migradores europeos abandonan las áreas de cría entre finales de agosto y principios de septiembre para encaminarse a sus refugios invernales, de los que regresarán paulatinamente a partir de comienzos de marzo.

Poblaciónón

La población europea de esta garza se estima en 68.000-94.000 parejas reproductoras y parece estable o, incluso, en ligero aumento en los últimos años. En España contamos con algo más de 10.000 parejas, que se concentran mayoritariamente en Andalucía (6.400 parejas), Comunidad Valenciana (unas 2.000 parejas) y Cataluña (unas 1.000 parejas); su número ha experimentado un incremento importante a lo largo del último decenio, seguramente relacionado con el aumento de la superficie ocupada por el arrozal, al igual que ocurre en otros países europeos. En el continente inverna, además, un mínimo de 28.000 aves, de las cuales 3.200-8.500 se instalan en nuestro territorio.

Cómo vive

Hábitat

Se reproduce en una gran variedad de ambientes acuáticos, siempre de aguas someras y tranquilas, como marismas, lagunas y marjales con abundante vegetación arbórea y palustre (dibujo 3). Fuera de la estación reproductora —y también cuando busca alimento— frecuenta todo tipo de humedales naturales o artificiales, desde terrenos inundables, embalses, remansos fluviales y salinas hasta canales de riego y, muy especialmente, arrozales, sobre todo cuando en ellos se están realizando faenas agrícolas que dejan al descubierto muchas de las pequeñas presas que consume.

Alimentación

La garceta común, al igual que todas las garzas, es zoófaga. Su dieta se basa en pequeños peces, anfibios e insectos (tanto larvas como adultos) acuáticos y terrestres. En menor medida, consume crustáceos, lagartijas, lombrices, caracoles, pequeños mamíferos y culebras. Normalmente, busca a sus presas de forma activa, caminando por orillas fangosas y removiendo nerviosamente el limo con las patas para desalojarlas de sus escondrijos.

Desplazamientos

Es una especie residente en nuestro territorio, aunque son muy numerosos los ejemplares que emprenden desplazamientos —tanto de carácter dispersivo como migratorio— de diferente entidad. Así, es frecuente que un buen número de aves se 3 encaminen hacia el norte de la Península después de la reproducción o, incluso, que crucen el Estrecho para instalarse durante el invierno en África tropical. Este carácter viajero lleva a algunos ejemplares a cruzar el Atlántico para recalar en las costas americanas. La Península y Baleares constituyen, además de una importante zona de invernada, territorio de paso para numerosas garcetas europeas, especialmente aves francesas originarias de las nutridas colonias de La Camarga. Por el estrecho de Gibraltar se detecta el paso de ejemplares ya en el mes de julio, con un máximo en septiembre, aunque la mayoría de los efectivos migradores europeos abandonan las áreas de cría entre finales de agosto y principios de septiembre para encaminarse a sus refugios invernales, de los que regresarán paulatinamente a partir de comienzos de marzo.

Reproducción

Se trata de una especie colonial —cuyos núcleos reproductores pueden sumar centenares de parejas—, que normalmente comparte emplazamiento con garcillas bueyeras y martinetes u otras zancudas, como el morito común. El nido se sitúa tanto en arbustos o árboles —a una altura variable de hasta 20 metros sobre el suelo—, como entre la vegetación palustre. Consiste en una desaliñada plataforma de ramas y tallos, de unos 30-35 centímetros de diámetro y 10-15 centímetros de altura, construida por la hembra con material aportado por el macho. La puesta se produce desde mediados de abril y consta de tres a cinco huevos (pueden llegar a ocho) de color verde azulado, mates y punteados en los extremos, que se decoloran durante la incubación. Esta se prolonga a lo largo de 21 o 22 días (hay registros que la amplían a 25) y la llevan a 4 cabo ambos sexos. Los pollos son cuidados y alimentados por los dos adultos y abandonan el nido para pulular por la vegetación cercana a los 30 días de vida. En unos 40-45 días se completa su desarrollo.


Amenazas y Conservación

Como sucedió con otras ardeidas, la garceta común fue víctima de una intensa persecución que tenía por objeto obtener sus vistosas plumas ornamentales, usadas en la fabricación de sombreros. Actualmente, las principales amenazas giran en torno a la degradación de los humedales o la reducción de su superficie. Se considera, igualmente, que la excesiva dependencia del cultivo de arroz que manifiesta puede suponer un problema
de conservación a corto plazo si se modifican las superficies dedicadas a ese cultivo o los modelos de explotación. La garceta común aparece incluida en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

Cómo vive

Hábitat

Se reproduce en una gran variedad de ambientes acuáticos, siempre de aguas someras y tranquilas, como marismas, lagunas y marjales con abundante vegetación arbórea y palustre (dibujo 3). Fuera de la estación reproductora —y también cuando busca alimento— frecuenta todo tipo de humedales naturales o artificiales, desde terrenos inundables, embalses, remansos fluviales y salinas hasta canales de riego y, muy especialmente, arrozales, sobre todo cuando en ellos se están realizando faenas agrícolas que dejan al descubierto muchas de las pequeñas presas que consume.

Alimentación

La garceta común, al igual que todas las garzas, es zoófaga. Su dieta se basa en pequeños peces, anfibios e insectos (tanto larvas como adultos) acuáticos y terrestres. En menor medida, consume crustáceos, lagartijas, lombrices, caracoles, pequeños mamíferos y culebras. Normalmente, busca a sus presas de forma activa, caminando por orillas fangosas y removiendo nerviosamente el limo con las patas para desalojarlas de sus escondrijos.

Desplazamientos

Es una especie residente en nuestro territorio, aunque son muy numerosos los ejemplares que emprenden desplazamientos —tanto de carácter dispersivo como migratorio— de diferente entidad. Así, es frecuente que un buen número de aves se 3 encaminen hacia el norte de la Península después de la reproducción o, incluso, que crucen el Estrecho para instalarse durante el invierno en África tropical. Este carácter viajero lleva a algunos ejemplares a cruzar el Atlántico para recalar en las costas americanas. La Península y Baleares constituyen, además de una importante zona de invernada, territorio de paso para numerosas garcetas europeas, especialmente aves francesas originarias de las nutridas colonias de La Camarga. Por el estrecho de Gibraltar se detecta el paso de ejemplares ya en el mes de julio, con un máximo en septiembre, aunque la mayoría de los efectivos migradores europeos abandonan las áreas de cría entre finales de agosto y principios de septiembre para encaminarse a sus refugios invernales, de los que regresarán paulatinamente a partir de comienzos de marzo.

Reproducción

Se trata de una especie colonial —cuyos núcleos reproductores pueden sumar centenares de parejas—, que normalmente comparte emplazamiento con garcillas bueyeras y martinetes u otras zancudas, como el morito común. El nido se sitúa tanto en arbustos o árboles —a una altura variable de hasta 20 metros sobre el suelo—, como entre la vegetación palustre. Consiste en una desaliñada plataforma de ramas y tallos, de unos 30-35 centímetros de diámetro y 10-15 centímetros de altura, construida por la hembra con material aportado por el macho. La puesta se produce desde mediados de abril y consta de tres a cinco huevos (pueden llegar a ocho) de color verde azulado, mates y punteados en los extremos, que se decoloran durante la incubación. Esta se prolonga a lo largo de 21 o 22 días (hay registros que la amplían a 25) y la llevan a 4 cabo ambos sexos. Los pollos son cuidados y alimentados por los dos adultos y abandonan el nido para pulular por la vegetación cercana a los 30 días de vida. En unos 40-45 días se completa su desarrollo.

Amenazas y Conservación

Como sucedió con otras ardeidas, la garceta común fue víctima de una intensa persecución que tenía por objeto obtener sus vistosas plumas ornamentales, usadas en la fabricación de sombreros. Actualmente, las principales amenazas giran en torno a la degradación de los humedales o la reducción de su superficie. Se considera, igualmente, que la excesiva dependencia del cultivo de arroz que manifiesta puede suponer un problema
de conservación a corto plazo si se modifican las superficies dedicadas a ese cultivo o los modelos de explotación. La garceta común aparece incluida en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

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